El debate presidencia en Colombia del jueves 22 de mayo


La noche del jueves 22 de mayo de este año, se celebró un debate entre los candidatos a la presidencia de Colombia por el período 2014-2018. El debate se realizó por una de los dos más importantes cadenas de la televisión nacional y a pesar de haber sido calificado de antemano como «el gran debate», no fue ni lo uno ni lo otro. La pobreza de los planteamientos, la carencia de programas efectivos para el desarrollo del país y la ausencia de planteamientos hacia una visión de corto y largo plazo brillaron por su ausencia. La más pobre de las intervenciones corrió por cuenta de Marta Lucía  Ramírez, quien en ausencia de un programa real y efectivo, se limitó a hacer duras críticas a la gestión adelantada por el presidente Santos. Zuluaga, no pudo escapar a los ofensivos  señalamientos de ‘títere’ que le hicieran los otros candidatos y se sostuvo en hacer unos planteamientos hacia el futuro que fueron precisamente de los que no se ocupó el gobierno anterior, aún cuando fue ministro de hacienda en ese período. Peñalosa, sigue sin convencer y, salvo en dos planteamientos estuvo claro, se mantuvo casi a la medida de la candidata Ramírez.  Clara López quiso brillar con luz propia con planteamientos diferentes y del corazón de su partido, el Polo, pero le faltó fuerza para diferenciarse de los otros candidatos y a la hora de establecer distancias pasó casi inadvertida. Le falta imagen, mucha imagen. El presidente santos, por su parte, quien no obstante detentar el poder presidencial desde el 2010, no estuvo a la altura ni como mandatario para defender ni para responder por graves omisiones, como lo son el grave estado del sistema de la salud en el país, el empleo decente y de primera y el daño ambiental que está causando su locomotora minera. A excepción del director de la cadena radial, al resto de los periodistas entrevistadores les faltó objetividad y contundencia a la hora de preguntar y más bien se limitaron a dejar al descubierto sus propias preferencias. En definitivas, la parte económica fue la huérfana del llamado debate, ya que no hubo referencia alguna seria, de fondo y capaz de plantear soluciones. Frente a todo este estado de cosas, nada diferente le espera al país con cualquiera de los candidatos en el poder, salvo con el candidato títere, que quizás sería el peor, por aquello de las chuzadas.