Juventud y valores

Juventud y valores es uno de los bellos cuentos para reflexionar sobre los abuelos, escrito por Edgardo Palacios, sugerido para niños a partir de nueve años y para adolescentes.

Pasa un niño corriendo, llevando todo por delante, como que no mira el camino. Es mi nieto y me preocupa su futuro.

Lo llamo. Como todo niño moderno, la tecnología es parte de su vida.

-Veni, querido nieto, trae tu grabador.

Sin preguntar, trae su equipo, con cara pícara pregunta:

-¿Qué vamos a grabar abuelo?

– Te contaré mi historia.

Fue una vida común. Ni soñamos con este progreso.
Imagínate que enfriábamos las botellas en un balde, en un pozo de agua y la carne, a la sombra, colgaba de un árbol frondoso, en un cajón y con tela metálica, pá cuidar de los bichos.
Ahora existen los freezer, para conservar por más tiempo.
Donde yo vivía, no había agua para tomar. Esperábamos el tren cisterna que traía agua una vez a la semana, no había remedios, ni leche para un niño, la ropa era siempre la misma y estrenar alpargatas nos hacía importantes.

-¿Te das cuenta, querido nieto, cómo vivía? Cuántas cosas trajo el progreso. Aquí me tienes, disfrutando tantos adelantos, el mes que viene cumplo noventa años. Ya sé que me voy, me queda poco y a vos querido nieto te va a quedar este recuerdo.

A pesar de no tener comodidades, había gente más buena, nos criamos con el valor de la palabra, no se firmaban papeles, éramos como hermanos con los vecinos. Ahora hasta se reniega para cobrar lo firmado, la amistad está llena de traiciones y una firma de garantía te deja de patitas en la calle. A un vecino se lo mira de reojo y si te saluda parece que te va a morder. Había una diferencia entre quien era el padre y quien era el hijo, no sabíamos enseñar mucho porque la mayoría no fuimos a la escuela ahora van todos y los padres educan menos que antes.

Antes un chico como vos respetaba a un mayor desconocido, y ningún hijo levantaba la voz a su padre, fumar era de grandes y pedíamos permiso. Ahora mi niño, el progreso ha traído solamente dolores de cabeza, con falta de respeto por la familia y la gente porque no le costó sacrificios ganar esas comodidades.

Hoy muchos jóvenes no respetan, no valoran y en las drogas buscan sensaciones nuevas. Estas son las palabras de tu abuelo, no sé cuánto viviré todavía, pero sí puedo decirte, que antes las personas se querían más.

Antes fue mejor con poco, y empleados públicos amaban la patria ahora con lo que veo mis recuerdos están de duelo.

Fin

Edgardo Palacios

Embajador por Cercle Univ. Ambassadeurs de la Paix

 

El niño zapatero

El niño zapatero es uno de los bellos poemas de zapatos rotos escrito por Marisa Alonso Santamaria, sugerido para niños a partir de siete años.

“¿De quién son esos zapatos?”
pregunta el niño a su abuelo
mientras los toma en sus manos
viendo si tienen arreglo.

“De Alejandro, el fontanero”
ha contestado su abuelo,
a la vez que este pequeño
se ha levantado del suelo.

“Déjame probar abuelo
que yo los arreglaré
tú vete a casa y descansa
y toma algo de comer”.

El alumno aventajado
se pone a pegar las tapas,
tantas veces se ha fijado
que enseguida los repara.

Después con betún y un trapo
los limpia y les saca brillo,
“han quedado como nuevos”
dice en voz alta el chiquillo.

Los zapatos relucientes
están en la estantería,
tendrá que ayudar en casa
un poquito cada día.

Cuando ha llegado Alejandro
le ha pagado lo acordado,
por el trabajo bien hecho
luego lo ha felicitado.
Fin

Poema sugerido para niños a partir de siete años
http://cuentosentretenidos-marissa.blogspot.com.es/

El Mediterráneo: entre la tragedia y el placer

El Mediterráneo: entre la tragedia y el placer

Una cosa es saber que el Mediterráneo es un concepto geográfico y cultural y una extensión del Océano Atlántico. Otra, muy distinta, es pensar en que este mar, único por su forma y escenario de tantas cosas, que van desde la mitología hasta lo económico y lo geopolítico, continúe siendo hoy objeto de sueños y de realidades trágicas que parecen arrancadas de un maremágnum dramático y de sueños a la vez.

Mitos, sueños, dramas y realidades geopolíticas se conjugan al unísono en este mar como un llamado etéreo y subliminal o, tal vez, como una sentencia trágica que golpea el pensamiento de quienes se encuentran en el centro de este conjunto. ¿Quién no ha soñado viajar en un crucero lujoso recorriendo las aguas milenarias de un mar que, en su momento, transformaron el mundo? O, ¿quién por el contrario, no se ha sentido conmovido por el drama de miles y miles de inmigrantes que buscan en el lado occidental algún sosiego a su desperrada situación? Para cualquier persona, dadas las circunstancias conocidas que a diario se viven, no resulta difícil imaginarse los escenarios contradictorios de esta realidad.

El Mediterráneo, no es sólo el segundo mar interior más grande del mundo, después del Caribe, sino que es único por su configuración geográfica que acoge cuatro grandes penínsulas: Ibérica, Itálica, Balcánica, en Europa y la de Anatolia en Asia, y, a su vez, acoge otros mares interiores, tales como: el Baleárico, Tirreno, Adriático, Jónico, Egeo, y Negro. De este modo, el Mediterráneo comunica el Atlántico con Asia, a través del mar Negro y el Mar Rojo, a través del Canal de Suez. Europa, Asia y norte de África, unidos a través de un mar legendario y excepcional.
Alberga múltiples islas y archipiélagos, algunos mayores, como los de gran tamaño: Baleares, Córcega, Cerdeña, Sicilia, Creta y Chipre hasta menores: Alborán, Chafarinas, Columbretes, Elba, Malta, Pantellería, Dalmacia, Jónicas, Itaca, Cícladas, Lesbos, Rodas, Dodecanesco, Cada una de ellas con sus propias historias y leyendas. El Mediterráneo y su cuenca es la región del olivo y de los cereales y fue el escenario de los primeros descubrimientos geográficos, simultáneos al origen de la navegación marítima.

El Mediterráneo también es historia, una historia que articula al antiguo Egipto, Israel y Fenicia y a Grecia y Roma, civilizaciones éstas que llegaron a convertir al Mediterráneo en el Mare Nostrum. La irrupción del Islam significó, en cierto modo, la ruptura de la unidad, pero, lo admirable de esta irrupción, fue que la actividad del intercambio comercial se mantuvo viva y dinámica entre las diferentes ciudades,

Ya en la edad media, los matemáticos árabes lograron aportar la verdadera magnitud del Mediterráneo (2.5 millones de kilómetros cuadrados) y en épocas posteriores la extensión de la civilización occidental hacia América y a todo el mundo con la Revolución Industrial y el colonialismo, dieron como resultado el cambio de eje de ésta del Mediterráneo al Atlántico, más evidente y visible a partir de la crisis del Siglo XVII.

La obra de Fernand Braudel (Fr.1902-1985) representó un avance significativo en el conocimiento del Mediterráneo al explicar diferentes hechos políticos, culturales y económicos de la Europa del Siglo XVI y caracterizó las sociedades mediterráneas en una perspectiva global formada a lo largo de los siglos con aspectos sociales que se extendieron a muchas generaciones y les definieron características específicas. Braudel designó el Mediterráneo como una llanura líquida y la comparó con el desierto del Sahara, al que caracterizó como un entorno vivo.

Miles y miles de años de geografía, de historia y de cultura, llevan a uno a pensar si, realmente, unos cuantos días de placentero crucero, como los que suelen realizarse a diario, alcanzan para asimilar todo lo que encierra este legendario y único mar que un día vio navegar sobre sus aguas la expedición que daría como resultado el descubrimiento de América, hecho éste que dio lugar, paradójicamente, a la pérdida o desplazamiento de su importancia hacia otro lugar del Atlántico.

Mientras se asimila esto, invito a pensar en los miles y miles de personas, provenientes de diferentes lugares del norte de África, especialmente de Irak y Siria, que se han atrevido a cruzarlo en las condiciones más inseguras para buscar un mundo mejor, al otro lado, en Europa. Muchos de estos inmigrantes, por las condiciones del viaje, han encontrado en este mar su tumba y quienes han logrado alcanzar la otra orilla, en países tales como España, Italia, Alemania y Grecia, han visto también pisoteada su dignidad por la intolerancia de algunos que dan muestra de desconocer lo que este mar significó y aportó para el auge y el poderío del que gozaría Europa en épocas pasadas -y aún hoy- cuando la luz, las matemáticas y los dioses aún no había llegado a Occidente y las fuentes de las riquezas, del conocimiento y de la cultura se encontraban allende al Mediterráneo: en Oriente.

Por lo pronto, mientras la leyenda y la tragedia, al lado del placer y el drama, se juntan en una extraña simbiosis en las aguas de este maravilloso mar, el descanso placentero y de ensoñación de miles y miles de turistas de la Europa nórdica y de muchos otros lugares del mundo, en sus acogedoras y cálidas playas, continua avivando la economía de los paises mediterráneos, de espaldas a una realidad que debería sacudir la sensibilidad de una dirigencia política, económica y religiosa que presume de democrática y de respetar los derechos humanos. .

A propósito de la lectura El Impostor

Reseña
A propósito de la lectura de El Impostor
Leonardo Gutiérrez Berdejo
Javier Cercas, El Impostor. Literatura Random House. Pengüin Random House. Grupo Editorial, S.A.U. 2014, 425 páginas.

Javier Cercas (Ibabernando, Cáceres, Extremadura, España, 1962) notable escritor español que además se desempeña como columnista en el diario El País. Su obra es esencialmente narrativa, y se caracteriza por la mezcla de géneros literarios, el uso de la novela narrativa y la mezcla de crónica y ensayo con ficción. Su infancia y juventud la vivió en Girona, más tarde reside en Barcelona donde se licencia en Filología Hispánica en la Universidad Autónoma de Barcelona. Desempeña el cargo como lector de español en la Universidad de Illinois en 1987, antes de empezar a impartir clases de Literatura Española en la Universidad de Girona, donde continua en la actualidad. Su familia, de acuerdo a algunos datos biográficos, era falangista, pero Javier Cercas formó su propia concepción política leyendo un gran número de libros sobre la Guerra Civil Española. Posteriormente, sus obras tendrían una importante base política, en la que se refleja la tendencia izquierdista del autor.

Es autor, entre otros libros, de El móvil, Soldados de Salamina (Tusquets, 2001; premios Salambó, Llibreter e Independent Foreign Fiction), Anatomía de un instante (Mondadori, 2009: Premio Nacional de Narrativa), El vientre de la ballena y la velocidad de la luz. Su obra se extiende también a un ensayo, la obra literaria de Gonzalo Suárez, y tres volúmenes de carácter misceláneo: Una buena temporada, Relatos reales y La verdad de Agamenón. Entre otros premios nacionales e internacionales alcanzados, además de los anteriores se destacan, los siguientes: Premio Nacional de Literatura, Premio Ciudad de Barcelona, Premio de la Crítica de Chile, Premio Que Leer, Premio Grinzane Cavour, Premio Cálamo, Prix Jean Moner, Premio Mondello, Premio Fundación Fernando Lara a la mejor acogida crítica (ex – aequo). En 2011 le fue concedido el Premio Internazionale del Salone del Libro di Torino por el conjunto de su obra.

Con relación a El impostor, el autor confiesa que esta es una novela que ha querido y no querido escribir, que temía y deseaba a la par. De hecho, se habla de ella, de El impostor, tanto como de su personaje principal, Enric Marco. Es una fascinante novela sin ficción repleta de ficción, que según el propio autor no sabía por qué no quería escribirla y que durante siete años se resistió hacerlo.

La realidad es que no es Javier Cercas quien pone esta ficción, sino que esta ficción viene de la mano de Enric Marco, el nonagenario barcelonés que a lo largo de casi tres décadas se hizo pasar por superviviente de los campos nazis, había presidido la asociación española de los supervivientes, la Amical de Mauthausen, había pronunciado centenares de conferencias y, además, se había engrandecido con numerosas entrevistas y había recibido importantes distinciones oficiales y como si fuera poco, había hablado en el Parlamento español en nombre de todos sus supuestos compañeros de desdicha, hasta que en mayo de 2005 fue desenmascarado, que no era un deportado por el III Reich y que jamás había sido prisionero de un campo de concentración nazi ni muchas otras cosas como, hasta entonces, lo venía sosteniendo.

El caso, como se describe en la reseña del editor,” dio la vuelta al mundo y convirtió a Marco en el gran impostor y el gran maldito. Ahora, en este libro, Javier Cercas conjuga con maravillosa maestría muchos platos -narración, crónica, ensayo, biografía y autobiografía-, para resolver el enigma del personaje, su verdad y sus falsedades y, a través de esa indagación que recorre casi un siglo de historia de España, bucea con una pasión de kamikaze y una honestidad desgarradora en lo más profundo de nosotros mismos: en nuestra infinita capacidad de autoengaño, en nuestro conformismo y nuestras mentiras, en nuestra sed insaciable de afecto, en nuestras necesidades contrapuestas de ficción y de realidad, en las zonas más dolorosas de nuestro pasado reciente”.

La obra está dividida en tres partes y un epílogo. La primera parte se centra en las angustias que el autor vive para decidirse finalmente a escribir la novela y en las batallas que el protagonista central de la obra tuvo que vivir –a base de mentiras -para sobrevivir y para estar en donde debía estar y en el momento en que debía hacerlo. La segunda parte, El novelista de sí mismo, pone de manifiesto el narcicismo de Marco, la práctica del autobombo sin pudor y sin límites y en los que cae a menudo con el propósito de ser reconocido como un individuo superior, admirado y tratado con unción. La tercera parte, El vuelo de Ícaro (o ICARO) relata todo el montaje que Marco realiza para explicar el supuesto recorrido realizado desde la supuesta deportación y su estadía en Floseembürg, en el que había sido prisionero de los nazis hasta que el villano escritor Benito Bermejo lo desenmascara.

Como lo anota Sergio Vidal en Triángulos narrativos. Aproximaciones a la combinatoria de géneros en la novela contemporánea 452ºF. #14 (2016) 192-208: “A la combinación de ensayo y novela, Cercas ha sabido incorporar un género que refuerza dicha relación y que favorece la transgenericidad y la interdisciplinaridad entre géneros históricos y literarios, cuestionando los límites impuestos hasta entonces en el ámbito de la historiografía. Para lograrlo, ha sido necesaria incorporar la figura del autor en el texto, representada en el narrador que, mediante la exposición de sus objetivos y de los resultados de sus investigaciones, alcanzará a explorar satisfactoriamente temas que en el pasado permanecían restringidos a los historiadores”.

Sería un error, una equivocación mayúscula, decir que en la historia de muchos países no han existido muchos Enric Marco. Este hombre, como anota Javier Cercas, es asombroso, pura fantasía, imaginación, memoria y, por lo demás, genial en cuanto hizo de su vida misma una verdadera novela. No fue solo un Kitsch. En algún momento, puso a pensar a los jóvenes sobre la libertad, la democracia y llenarlos de valor contra el autoritarismo, la tiranía y la tortura.

Los impostores de muchos países, todo lo contrario a Marco, no solo han ocupado históricamente todos los espacios y aconteceres posibles (desde la dirección de los partidos, políticos, hasta las instituciones políticas, militares, civiles y religiosas, pasando por las iglesias, los sindicatos, centrales obreras, asociaciones de todo orden, universidades, gremios y todos tipo de organizaciones) sino que han destruido los más caros sentimientos de libertad, independencia y autonomía; han obstruido los caminos hacia una verdadera democracia y, sin pudor, se han confabulado para sembrar de odios, miedos y despojos lo grande y maravilloso que cada nación guarda.

Hoy, los impostores de muchas naciones, proclaman con osada falsedad la defensa de sus países, la búsqueda de la paz y la defensa de la democracia, cuando en realidad lo que defienden es la zozobra permanente y la indiferencia y siembra de total incertidumbre todas aquellas nuevas formas de convivencias, diferentes a la que ellos han diseñado y proclaman sin ruborizarse. El diseño de una sociedad en el marco de los principios neoliberales del siglo XXI, los ha llevado a la puesta en práctica de nuevas técnicas de gobernar dentro de una maquinaria cívico-militar-religiosa, han logrado extirpar todos los sueños y anhelos alrededor de los derechos y garantías sociales fundamentales para la convivencia y han hipnotizado a las masas con el fetiche de que todo lo puede la seguridad y la tecnología y han asegurado un control social inimaginable a través de una justicia corrupta y militarizada.

Para el caso, muy particular, de Colombia lo grave, lo verdaderamente grave de todo esto, es que ha faltado un historiador, un periodista, un analista libre e independiente, un Benito Bermejo, capaz y con el valor suficiente para desenmascarar a estos impostores de toda clase. El precio de esta terrible falta de quien investigue sobre estos impostores nuestros, ha sido alto, en tanto hemos de soportarlos cada día imaginando y vociferando nuevas ideas para el diseño de un pretendido nuevo país del postconflicto (unos a favor de la paz y otros en contra de ella) cuando lo que en realidad quieren y a lo que aspiran es a una Colombia con una envoltura frágil de libertad y democracia pero con un núcleo sólido y fuerte en lo militar, una justicia amañada y un legislativo que responda al fortalecimiento de la élite gobernante, por una parte y, a la inequidad social y al miedo masivo y total, por la otra. Por poner sobre el tapete todos estos aspectos: bien por Enric Marco, por Benito Bermejo y por Javier Cercas.

Bogotá, Noviembre de 2015