GEORGE FRANKLIN

Nació en Shreveport, Luisiana, Estados Unidos. George es autor de los poemarios Travels of the Angel of Sorrow (Blue Cedar Press), Noise of the World (Sheila-Na-Gig Editions), Traveling for No Good Reason (libro que fue ganador del concurso de Sheila-Na-Gig Editions en 2018). También es autor de un poemario bilingüe, Among the Ruins / Entre las ruinas (Katakana Editores, 2018), traducido al español por Ximena Gómez. George tradujo junto con la autora, el poemario bilingüe de Ximena Gómez Último día / Last Day (Katakana Editores). Ha publicado en las revistas: The Threepenny Review, Salamander, Cagibi, The Lake y The American Journal of Poetry, entre otras. Traducciones de sus poemas al español han aparecido en El Golem, Nagari, Revista Conexos, La Raíz Invertida, Álastor, Revista Abril y La Libélula Vaga. Es el ganador del Premio de Poesía Stephen A. DiBiase 2020. George tiene una maestría de la Universidad de Columbia, un doctorado de la Universidad de Brandeis y es Juris Doctor de la Universidad de Miami. Trabaja como abogado en Miami, e imparte talleres de poesía en las cárceles de La Florida.A continuación, incluimos tres de sus poemas en inglés con sus correspondientes traducciones a cargo de Ximena Gómez.
EL ÁNGEL DE LA TRISTEZA BEBE VINO EN LA TABERNA
George Franklin ©
Una rata te pasó la cola por el tobillo mientras cosías
Y ahora hay nudos negros bajo tus sobacos,
Tienes la boca seca y estás temblando de fiebre.
Los cuerpos se amontonan unos sobre otros en carretas.
El ángel de la tristeza bebe vino en la taberna y alguien
Lo oye decir que incluso nuestras sombras lloran hasta el límite,
Pedazos de nosotros se nos escapan. Me dices que piensas
Que te dormirás y no despertarás, cuando la luz haga visible
el polvo en la ventana, cuando el sonido de los hombres
Que arrastran cadáveres perturbe a los gorriones y a los cuervos.
Mañana alguien sellará la puerta con cera,
Y los perros del vecindario la lamerán hasta que sus lenguas
Queden de un rojo oscuro y se cansen. No habrá fuego
En la rejilla, ni el humo ondulará desde la chimenea, ni se
Escurrirá por el techo de tejas o se esconderá del pico del viento.
Me preguntas si las estrellas se ven de día, si las puertas
De la iglesia brillan ahora con una luz azul, y si los demonios
Alados caminan entre las casas, buscando la manera de entrar.
Pasó mucho tiempo antes de que yo te respondiera, besara tus labios
Rajados, con sabor a fiebre y a arcilla roja, susurrara todas las mentiras
Que pueda decirte en los oídos, que son frágiles como conchas del mar.
Ya no hay agua potable para tu taza, no queda pan en la mesa,
No hay aceite rancio en el frasco junto a la estufa. La vela junto
A tu cama se apagó anoche. La mecha está retorcida y llena de hollín.
Te envuelvo el cuerpo con la sábana que cubría tu colchón húmedo
Y me siento en la oscuridad, a esperar el sonido de las ruedas en
Los adoquines, los cadáveres que se aplastan uno sobre otro.
En la taberna, el ángel de la tristeza me invitará a un trago.