Gustavo Adolfo Bécquer


GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER. Gustavo Adolfo Bécquer fue un poeta, periodista y narrador español, perteneciente al movimiento del Romanticismo. Nació en Sevilla  en 1836 y quedó huérfano a los diez años. A la muerte de sus padres, se ocupó de su educación  su madrina doña Manuela Monehay. Gustavo Adolfo vivió su infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió Humanidades y Pintura. En 1854 se trasladó a Madrid, junto con su hermano Valeriano, con la intención de hacer carrera literaria. Sin embargo, el éxito no le sonrió. Para poder vivir hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero.

LAS RIMAS La inmensa fama literaria de Bécquer se basa la gran popularidad de algunas de sus breves poesías recogidas con el nombre de Rimas, que iniciaron la corriente romántica de poesía intimista. Escribió las Rimas en 1867, pero se perdió el manuscrito durante la Revolución de 1868. Bécquer lo reescribió casi de memoria, y con la ayuda de algunas que habían sido publicadas en los periódicos de la época. Le puso por título El libro de los gorriones  y actualmente se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.

1. Rima I

¿Qué es la poesía? ¿Qué significado tiene para el poeta? ¿Está el lenguaje a la altura de los sentimientos o es limitado para ellos?

Indefectiblemente, para un poeta, no es fácil expresar lo que siente a través del lenguaje. Sin embargo, este conflicto puede superarse si este es correspondido por su amada.

Esta es la primera rima que comprende el poemario de Bécquer y, de algún modo, sirve como presentación temática de lo que viene. Está formada por doce versos, distribuidos en tres estrofas, de cuatro versos cada una.

Yo sé de un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
carencias que el aire dilata en las sombras.

Yo quisiera escribirlo, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.

Pero en vano es escuchar; que no hay cifra
capaz de encerrarlo, y apenas ¡oh, hermosa!
Si, teniendo en mis manos las tuyas,
pudiera, al oído, contártelo a solas.

2. Rima IV

El tema de la poesía es recurrente en las primeras rimas de Bécquer, este es otro ejemplo de ello, el cual supone una exaltación del género. Al final de casi todas las estrofas, el poeta sentencia con la afirmación: habrá poesía. ¿Es acaso la poesía una parte de la condición humana?

La poesía está en la naturaleza, en los enigmas científicos, en los conflictos del hombre consigo mismo y en el amor.

No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas;
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista;

mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías;
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras en la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista;

mientras la humanidad, siempre avanzando
no sepa a do camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras sintamos que se alegra el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;

mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan;
mientras haya esperanza y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira;

mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa
¡habrá poesía!