Gustavo Adolfo Bécquer


3. Rima VII

¿En qué momento surge la inspiración de un artista? Para Bécquer la iluminación de un genio se encuentra siempre latente, está en su alma. Entonces, ¿qué es necesario para que esta brote? Un pequeño estímulo.

Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.

¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas,
como el pájaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!

¡Ay!- pensé-. ¡Cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga: Levántate y anda!

4. Rima VIII

Esta rima comparte temática con las anteriores. La poesía es el asunto central y, concretamente, el espíritu poético, entendido este como un don etéreo. De nuevo, el lenguaje limita al poeta a la hora de expresar sus sentimientos a través del mismo.

Cuando miro el azul horizonte
perderse a lo lejos,
al través de una gasa de polvo
dorado e inquieto,
me parece posible arrancarme
del mísero suelo
y flotar con una niebla dorada
en átomos leves
cual ella deshecho.

Cuando miro de noche en el fondo
oscuro del cielo
las estrellas temblar, como ardientes
pupilas de fuego,
me parece posible a do brillan
subir en un vuelo
y anegarme en su luz, y con ellas
en lumbre encendido
fundirme en un beso.

En el mar de la duda en que bogo
ni aun sé lo que creo;
¡sin embargo, estas ansias me dicen
que yo llevo algo
divino aquí dentro!…

5. Rima XVII

A través de este poema de amor el autor refleja el motivo de su felicidad presente. De nuevo, su amada es el motivo de su dicha. Y, concretamente, la razón es un intercambio de miradas con la misma. Para describir sus sentimientos el autor introduce elementos de la naturaleza.

Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto…; la he visto y me ha mirado…
¡Hoy creo en Dios!

6. Rima XX

Cuatro versos de arte mayor, comprendidos en una sola estrofa, son suficientes para que el autor describa a su amada. Desde sus rasgos externos más llamativos hasta su interior, su alma, la cual se descubre con solo una mirada.

Sabe, si alguna vez tus labios rojos
quema invisible atmósfera abrasada,
que el alma que hablar puede con los ojos
también puede besar con la mirada.

7. Rima XXI

Se trata de uno de los poemas más reconocidos del autor. El tema del amor emerge en la obra poética de Bécquer y se hace evidente en rimas como esta. El poeta lanza una pregunta retórica y se cuestiona qué es poesía.

¿Es su amada el destinatario lírico al que Bécquer compara con su medio de expresión más sagrado en estos versos?

¿Qué es poesía?- dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul-.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú.

8. Rima XXIII

Este es otro de los poemas de temática amorosa más famosos del autor. Con un tono más pasional y mediante un lenguaje sencillo y emotivo, Bécquer describe, en esta breve rima de cuatro versos octosílabos, sus sentimientos más puros y sinceros hacia su amada, por la cual sería capaz de hacer cualquier cosa.