9 razones para escribir un libro

Razones para escribir un libro hay muchas, quizás tantas como escritores existen en el mundo. Pero, a veces, los autores con ganas de publicar un libro se quedan a mitad de camino o se frustran nada más comenzar a escribir.

Si la idea de publicar un libro viene dando vueltas en tu cabeza, pero no logras hacerla realidad, tal vez necesites unas palabras de aliento.

En este artículo hallarás motivación para cumplir el sueño de escribir. Tu libro es necesario y tú, como autor, eres indispensable. Continúa leyendo y sabrás por qué.

¿Por qué escribir un libro?

Un día cualquiera sentiste una llamada interior: «¿Y si publico un libro?». La idea te pareció fascinante y comenzaste a proyectar el tema, los capítulos, la introducción. Incluso escribiste algunas palabras, en un rapto de inspiración.

Pero todo quedó allí y las razones para escribir un libro que pudiste ver tan claramente ese día, se han esfumado.

¿Cuáles son las razones por las que escribimos?

En nuestra editorial, publicamos libros de diversos géneros, sobre multitud de temas, escritos por autores de distintos países de habla hispana.

Las razones para publicar un libro personales de cada autor pueden ser muy diferentes, pero en el fondo se parecen bastante.

En efecto, hay algunos motivos para publicar que son compartidos por la mayoría de los autores, independientemente del tema de cada libro y el público al que está dirigido.

Escribir un libro y publicarlo

Entre las razones para escribir un libro, quizás la más evidente es el deseo de publicar.

En general, las personas escriben libros para compartir conocimientos, experiencias de vida o historias imaginarias. Pero, en todos los casos, subyace una misma idea: escribir para comunicar, escribir para compartir una idea con los demás.

Aprendiendo a escribir un libro

¿Se puede escribir un libro sin ser escritor? La respuesta es un sí rotundo. ¿Por qué? Pues, por lógica.

Imagina que nunca has escrito más que la lista de la compra, pero un día decides empezar a escribir un libro y te pones a trabajar en él. Listo, ya eres escritor. Escritor en proceso, escritor inédito, pero escritor al fin.

Escribir un libro en Word es lo más común para empezar a hacer a dar los primeros pasos en el mundo de la literatura.

Pero el documento archivado para siempre en el ordenador o en tu casilla de correo no tiene ningún futuro. Vence tus miedos y decídete a publicar.

¿Crees que tu libro no es importante? ¿No encuentras una razón válida para comenzar a escribir, o para terminar lo que ya comenzaste?

Queremos ayudarte a salir de esa negación, por eso te ofrecemos 9 razones para escribir un libro.https://www.youtube.com/embed/vt98vjvVpnU?rel=0

#1. El legado

Un libro es un legado inmaterial que perdura con el paso del tiempo. Cuántos de nosotros recordamos con orgullo a un abuelo o un tío escritores.

Un libro es algo que dura para siempre. Algunos libros se convierten en guías para la vida, otros cambian para siempre la manera de narrar historias en una comunidad. Hay libros clásicos y libros marginados, pero todos hablan de su tiempo, son como ventanas al pasado.

#2. Ayudar al mundo

La segunda de las razones para escribir un libro es más evidente en libros de no ficción, aquellos deliberadamente creados para resolver un problema concreto del lector, como el clásico de Dale Carnegie, Cómo ganar amigos e influir sobre las personas.

Pero las novelas, los cuentos, los poemas y otras obras de ficción también pueden ayudar al mundo haciéndolo un lugar más hermoso, más sensible, más emocionante.

Leer una obra literaria puede cambiarnos la vida, darnos perspectivas sobre el mundo que jamás hubiéramos imaginado y llenarnos de placer intelectual.

Los libros de no ficción, por su parte, pueden ayudarnos a tomar conciencia sobre causas justas y urgentes, como el cuidado del medioambiente o la alimentación saludable.

Algunos libros de autoconocimiento ayudan a miles de personas a superar sus miedos y enfrentar situaciones difíciles como la pérdida de un ser querido o el fin de una etapa laboral.

Si necesitas ayuda para autopublicar, aquí encontrarás todo lo que necesitas saber.

#3. Ganar dinero

Entre las razones para escribir un libro, una muy interesante es el tipo de ganancias que genera. La mayoría de las personas vivimos de un salario o del fruto de nuestro trabajo por cuenta propia y, para ganar dinero, debemos esforzarnos día a día.

Pero escribir un libro es un trabajo que se hace una sola vez y se puede cobrar muchas veces, durante años. Claro que, si el tema de tu libro es muy novedoso o está relacionado con la tecnología, quizás debas hacer actualizaciones periódicas, pero la base de tu libro, la idea principal, el género, el público objetivo… no cambian.

Los libros son una excelente fuente de ingresos pasivos. Pero vender muchos libros no es fácil. Para lograrlo, debes crear una audiencia y mantenerla en crecimiento permanente.

Hoy en día, una de las mejores maneras de conseguir un gran público lector es a través de las redes sociales.

#4. Ayudar a tu negocio

Los libros de no ficción (manuales para hacer un trabajo, métodos de superación personal, guías de estudio, etc.) funcionan como referencia permanente hacia tu negocio y punto de encuentro con clientes potenciales.

Una de las razones para escribir un libro de no ficción es que le da seriedad a tu negocio. Si eres lutier, arquitecto, chef, mercader de antigüedades o si tienes cualquier otra profesión y deseas promocionar tus servicios con un marketing de calidad, escribir un libro es una opción excelente para posicionar tu negocio.

El libro genera confianza en tus lectores, y la confianza es la clave para vender un servicio. Por eso, ten muchísimo cuidado con cada detalle de tu libro, realiza una buena corrección de todo el texto antes de publicar.

#5. Ser autoridad en tu nicho

Quizás no lo notaste, pero las palabras «autor» y «autoridad» tienen la misma raíz latina. Esto se debe a que, si bien se refieren a cosas distintas, sus significados están emparentados.

Para convertirte en una autoridad mediante un libro debes elegir un nicho literario que no esté muy saturado, o prepararte para enfrentar a la competencia con una propuesta superadora.

Escribir un libro a partir de una idea novedosa te da la posibilidad de sentar un precedente y convertirte en un autor de culto en tu tema, un referente ineludible por tu gran autoridad literaria.

#6. Ganar credibilidad

Todas las razones anteriores confluyen en una muy importante: la credibilidad. Un libro bien escrito te da credibilidad como profesional.

Seguramente tus lectores buscarán pruebas sobre la calidad de tu trabajo. Publicando un libro les darás una razón contundente para creer en ti, porque demuestras que puedes explicar tus servicios con ejemplos reales, de manera organizada.

Si escribes ficción, tener uno o más libros escritos y publicados es una prueba indispensable para que tus lectores crean en ti como autor. Así que, en lugar de decir que vas a escribir diez libros de ficción, concéntrate en escribir al menos uno para comenzar a ganarte el corazón de tu público.

#7. Ordenar y perfeccionar ideas

La lingüística y la filosofía tienen mucho para decir sobre este punto. Cuando hablamos de libros, hablamos de ideas, de conceptos, de lo abstracto, pero también hablamos (principalmente) de palabras escritas.

Esto puede parecerte obvio, pero en realidad no lo es. Las ideas puramente en abstracto no se pueden comunicar, no están definidas, no tienen entidad real. Una palabra es todo lo que las demás no son, y cada palabra «encarna» una idea distinta. Viendo esto desde otra perspectiva, podemos decir que, para que una idea sea claramente distinta a las demás, hay que ponerla en palabras nuevas.

Escribir un pensamiento es la única manera de arrancarlo de la nada. Y, a medida que vamos escribiendo una idea y dándole forma, se nos revelan sus relaciones con otros conceptos, con otras palabras.

Por ejemplo, no es lo mismo referirse a un personaje como «el Excelentísimo Señor Presidente de la Nación» o «el tirano» o «el general Fulano». En todos los casos estamos hablando de un mismo individuo, pero cada denominación implica un recorte distinto sobre una idea general.

Y, mientras no escribas tus ideas con palabras concretas en un texto bien organizado, estas quedarán levitando en el aire sin cuerpo y tú, sin libro.

#8. Convertirte en escritor

Muchas personas sienten la necesidad de escribir un libro y descubren su vocación literaria, pero jamás la llevan a la práctica. Acéptalo: si no te pones a escribir, nunca serás un escritor de verdad.

Pero si escribes un libro completo, desde las primeras líneas, con mano temblorosa, hasta el punto final, con dedo firme, te habrás convertido en un escritor con todas las letras, serás parte del selecto grupo de personas que pueden mirar atrás y decir con orgullo: «Yo escribí este libro, yo también soy escritor».

#9. Por afición

Esta es la última de nuestras razones para escribir un libro porque es la más especial de todas, la que hace sentirse identificados a más escritores en todo el mundo: escribir un libro por afición, escribir un libro por gusto, por el placer de escribir.

La mayoría de los autores escribimos porque nos encanta hacerlo, porque sentimos que la vida sería peor si no lo hiciéramos, porque hay algo dentro de nosotros que nos lleva a escribir y a disfrutar escribiendo.

Hay personas que aman tanto escribir que solo se enfocan en ello, dejando de lado la posibilidad de publicar lo que han escrito.

Escribir es una de las artes más antiguas. Muchas personas pintan, otras hacen música, y muchas otras escriben porque la escritura les da una satisfacción inigualable.

El libro, como forma de transmisión del conocimiento, como forma de expresión personal, no morirá jamás. Mientras existan seres humanos habrá libros.

Tus razones para escribir un libro

¿Por qué escribir un libro? Si las razones que te contamos no te parecen convincentes, aquí hay una más: escribe tu libro porque puedes, porque escribir y publicar un libro hoy es más fácil que nunca, puedes hacerlo desde tu ordenador, puedes escribir un libro online en Google Docs, puedes hacerlo en papel y luego transcribirlo…

¿Cuáles son tus razones para escribir un libro? Nos encantaría conocerlas, ¡déjanos un comentario aquí abajo con tu razón para escribir!

PORTADA

Daniel Jiménez: «La escritura me ha permitido llegar a una tregua conmigo mismo»

Por Albert Alexandre

En ‘El plagio’ el autor narra la historia real de un pleito que afectó a toda su familia | Foto cedida por el autor.

Aprincipios de los noventa, el antiguo saxofonista de la mítica banda Los Pekenikes ideó un programa de televisión. Juan Jiménez gastó todo lo que tenía para llevar a cabo ese proyecto que presentó a tres altos ejecutivos de Televisión Española. Le dijeron que no podían producir el programa, pero al cabo de un tiempo, Jiménez descubrió que el Gran Juego de la Oca sería emitido en otra cadena. Le habían plagiado la idea, le habían robado. El programa fue todo un éxito, todo lo opuesto de los intentos de Juan por obtener justicia.

Tres décadas más tarde, el hijo de Juan, Daniel Jiménez (Madrid, 1981), ha escrito cómo sucedió toda esa historia. Los juicios, la ruina, la infancia, la ira de su padre, los pleitos, las sentencias desfavorables.  El plagio repasa esa historia a modo de revancha poética, pero también es una novela sobre la relación con la familia, sobre cómo intentar ser mejores cuando todo va de la luz a la sombra.

Para romper el hielo… ¿Cómo le ha sentado a tu padre leer este libro?

Mi padre es una persona que no suele hablar de sus sentimientos. Cuando le conté que me habían dado un premio para escribir mi propia versión del plagio que nos arruinó, y le dije que pensaba centrarme más en la historia familiar que en la estrictamente judicial, no le entusiasmó la idea. Sin embargo, poco a poco se fue involucrando en el proyecto y me dio libertad total para escribir. Cuando le pasé el primer borrador, lo leyó de una sentada, volvió a la primera página y lo leyó otra vez del tirón. Y todavía lo leyó una tercera vez antes de hacerme ciertas sugerencias y anotaciones. Supongo que eso significa que le ha sentado bien…

¿Cómo piensas que hubiese sido tu vida si no le hubiesen robado el programa a tu padre? 

No tengo claro si me hubiera convertido en una persona mejor, pero sí, desde luego, habría tenido una vida más cómoda y desahogada. También pienso que no me habría convertido en escritor, porque el plagio y todo lo que desencadenó después en nuestras vidas fueron los principales motivos por los que empecé a escribir. Sin ese engaño, sin ese trauma heredado, sin esa relación conflictiva con el otro, basada en la desconfianza y el resentimiento, sin los desahucios, sin las deudas, sin el suicidio de mi hermana, yo jamás habría necesitado escribir ni una sola línea, y si a pesar de todo lo hubiera hecho, está claro que la literatura resultante habría sido amable y esperanzadora, lo que bien mirado, igual me habría servido para tener más lectores.

Entrando en materia. Todos tus libros tienen un componente autoficcional. ¿Eres tú o toda la literatura bebe de las vidas de los escritores?  

Borges decía que toda la literatura es autobiográfica puesto que lo que escribimos ha formado parte de nosotros. Es indudable que cada escritor puede elegir su nivel de implicación en lo que escribe. En mi caso y en el de otros escritores que admiro y que no tienen reparos en volverse ellos mismos personajes y mostrar sus demonios a tumba abierta, no hay duda de que hemos optado por la vía más peligrosa, aunque también, claro, hay quienes se adentran en la autoficción con una máscara que los embellece. Para algunos críticos, este género nos convierte en impúdicos, en exhibicionistas y en ególatras. Por suerte también los hay que valoran la honestidad, la sinceridad y la generosidad de quienes escribimos desde las entrañas para alcanzar algo que se parezca a la verdad.

Escribir de este modo ¿no tiene riesgos para tu salud mental? ¿No te confronta con tu familia, tus amigos, tu pareja?

Escribir es de por sí un riesgo, tanto a nivel psicológico como emocional, y no digamos ya económico.  Escribir sobre las personas que te rodean también conlleva riesgos porque la mayoría de las veces no les pedimos permiso para incluirlas en un libro, y la mayoría de las veces no se ven reflejadas como a ellas les gustaría. En cuanto a mi salud mental, ya de por sí bastante deteriorada, ha sido precisamente la escritura la que me ha posibilitado llegar a una tregua conmigo mismo. Como dice Fernando Colina refiriéndose al uso de la escritura terapéutica en los psicóticos: Quien escribe explora e investiga, y al hacerlo se desdobla en protagonista de su pensamiento pero también en testigo e historiador de su vida. Y esa duplicidad no es enfermiza, sino un acto de unidad porque acepta la multiplicidad de cada uno.

Creo que en El Plagio la apuesta por la autoficción va incluso un paso más allá… En el libro cuentas una escena en la que viajas con tu padre a su pueblo natal. Lo curioso es que le propusiste ese viaje mientras estabas escribiendo la novela.

El plagio es un libro que escribí a tiempo real, y no solo escribía lo que nos pasaba sino que intervenía en la historia, como autor y como personaje. A pesar de ese recurso, todo lo que se cuenta en el libro es absolutamente real.

¿En qué grado la ficción cambia la vida de un escritor mientras está escribiendo? 

Desde que empecé a escribir, a veces de manera inconsciente, escribía escenas que no me habían pasado y me proyectaba hacia el futuro deseando que me pasaran alguna vez. Pero se daba más el caso contrario, es decir, hacía y decía cosas que no tenía pensado hacer y decir solo para poder escribirlas después. Pienso que no es tanto que la ficción modifique nuestra vida, que también lo hace; es más bien que la vida es la mejor materia prima con la que construir la ficción.

¿Vas a seguir explorando el género de la autoficción?  

Creo que, al menos por un tiempo, no seguiré escribiendo autoficción, a pesar de todo lo que te he dicho al respecto, o precisamente por todo lo que te he dicho al respecto.

¿Y qué te planteas hacer?

Pues escribir ficción. Sin auto ni meta. Simplemente ficción.

Cambiando de tema. En el libro, la acción avanza a través de los objetos que encuentras en una vieja caja después de una mudanza. ¿Por qué utilizas esta estrategia?

Es un recurso literario muy proustiano: la memoria que se activa y se dispara a través de algo que nos evoca el pasado, ya sea una magdalena o un tirachinas. Dio la casualidad de que encontré esa vieja caja cuando me propuse escribir el libro, y pensé que recordar el origen y el valor de esos objetos me ayudaría a hacer un viaje inmersivo hacia lo que fuimos en el pasado.

Es curioso que emplees esa estrategia, como si fueras un ladrón sacando objetos de gran valor de una caja, cuando gran parte del libro lo dedicas a hablar de la ruina…

Sonará empalagoso, pero lo más valioso de nuestra existencia no son el éxito alcanzado, el dinero ganado o las propiedades adquiridas, sino los buenos momentos vividos, las personas que hemos conocido, los paisajes de la infancia. Si te acuerdas de Ciudadano Kane, que es una historia de auge y caída, la palabra que dice el personaje que interpreta Orson Welles en su lecho de muerte es Rosebud, que era el nombre del trineo con el que jugaba de niño, cuando era inocente y feliz. Quiero decir con esto que muchas veces el verdadero valor de las cosas no se corresponde con su valor monetario, y que los mejores recuerdos están asociados a objetos cotidianos, sin otro valor que el de habernos acompañado.

El libro está teniendo éxito. ¿Crees que es porque muchos han reconocido el programa de televisión que creó tu padre y le plagiaron en los años 90?

Supongo que eso ha ayudado a que se hable más de él en algunos medios, pero si el libro es o no es un éxito lo será por su valor literario, testimonial y emocional.

Además es un contrarelato de la historia oficial de los noventa… esa que decía que el país iba como un cohete. Tú propones la cara b de esa historia.

Es posible. España es un país de contrastes, desequilibrado, hasta diría que injusto: siempre ganan los mismos. En los noventa se nos hizo creer que cualquiera de nosotros podía ser un triunfador, prosperar, ascender en la escala social. Algo así como el sueño americano a la española. Mi padre se lo creyó, y se gastó todo su dinero y su energía para conseguirlo, pero el sueño se convirtió en una pesadilla. A muchas familias les pasó lo mismo sin que hubiera un plagio de por medio.

Por otro lado, algunos han visto en El plagio, una reflexión sobre la paternidad. Cuentas tu relación con tu padre y reflexionas sobre tu hijo que está por nacer.  

El plagio es, desde luego, un libro sobre el tránsito de ser hijo a ser padre, y en esa encrucijada se desvelan las cuestiones inherentes a la paternidad, como el respeto, la aceptación y el valor de tus padres, y también su herencia… qué cosas nos han transmitido y cuáles vamos a legar nosotros a nuestros hijos. Pero también es un libro sobre el perdón, sobre la resistencia, sobre la dignidad. Y, por supuesto, también es un libro sobre una injusticia y una traición. Y además es un libro sobre el dinero, sobre lo importante que es cuando te falta. Y también es una reflexión sobre la memoria y la escritura. Y una enmienda a mí mismo en tanto que plagiarista. Y una denuncia de la precariedad a la que nos condenan esos que siempre ganan. Y es, finalmente, una carta de amor que mi familia se merecía desde que empecé a escribir.

También es una carta de amor a tu hijo recién nacido. ¿Cómo va eso de ser padre?

Sí, eso también. Mi hijo está a punto de cumplir cinco meses. Duerme bien, come cuando hay que comer, y se ríe mucho, sobre todo con su madre. Desde luego, ser padre es la experiencia más emocionante que he vivido hasta ahora. Pero no quiero hablar sobre ello porque entonces estaría saltándome la promesa que le hice a mi pareja cuando le aseguré, y lo dejé por escrito, que no iba a escribir más sobre nosotros.

Albert Alexandre (Barcelona, 1987) es licenciado en Historia, tiene un Máster en Creación Literaria y otro en Literatura, Arte y Pensamiento. Ha colaborado como articulista en medios como ‘Cultura Colectiva’, ‘Culturamas’, ‘Código Nuevo’, ‘Vice’, ‘La Directa’, ‘Arainfo’ o ‘El Cotidiano’.

  • DEJA UN COMENTARIO

La literatura y la vida misma

 Editorial Cuatro Ojos  Sin categoría 3 enero, 2015 3 minutos

El salón de la Justicia, parque de escalada deportiva. Machetá, Colombia.

Fotógrafo: Saúl González Bilbao

Hace más de un año que estoy en la capital. El 2014 fue un tiempo muy productivo, de retos, de sueños, de metas, de decepciones, de fortaleza y de nuevos paisajes y amigos. He crecido tanto desde que me fui de mi amada tierra dejando a mis amigas y seres más queridos. Sin embargo, desapegarme de todo lo que era imprescindible, incluso de mis libros, de mi biblioteca, de mi pareja… Me obligó a crecer irremediablemente. A veces, necesitamos salir de nuestra zona de confort para reconocer nuestra naturaleza. Por aquel entonces me sentía un patito feo —me imagino que es mi manera de decir que no me sentía parte de aquel lugar—. ¡Qué triste!, porque me esforcé para pertenecer, sin si quiera pertenecer a mí misma. Que afín de cuentas es lo que importa. Acá en la ciudad, con un poco de ayuda, descubrí que solo yo tenía el poder de cambiar mi vida, mi destino. Aprendí a creer en mí, en mi talento, en lo que soy, en lo que verdaderamente me gusta hacer. El problema es que hay varias cosas, pero hay tres que se me dan naturalmente, y podría decir que soy la mejor haciéndolas: leer, escribir y corregir.

Al percatarme de mi absoluta capacidad para examinar páginas enteras sin dejar nada suelto, me dediqué a corregir el estilo de los textos. Para ello también quise formarme; así que a la par de los trabajos, me especialicé en Creación Narrativa. Y pienso que en esta época nos es necesario especializarnos en lo que realmente nos gusta, para que nuestro trabajo sea divertido, y de ese modo podamos vivir coherentemente con nuestras elecciones. Tal vez, las personas piensen que no se puede vivir de estos oficios, créanme, por mucho tiempo pensé que era una fantasía, tal vez el argumento de una historia de ficción que podría escribir; pero, acá, y gracias a una amiga, que ha sido una madre espiritual, me hizo ver que lo que yo hacía le servía a muchas personas, sobre todo aquellas que deben presentar tesis, ensayos, artículos, textos académicos para obtener su título de grado…Y también, este sistema burocrático que se sustenta desde el papel escrito, bueno, pues allí también estoy yo, detrás de todo el papeleo, quien ha dejado impecable los informes, las cartas, los correos, etc.

Ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida. Por primera vez, he elegido correctamente hacia donde volar. He luchado por mis sueños, por mis proyectos, por mis metas, por  mi talento, por mis oficios, por mis hobbies. He deconstruido la imagen de la sombra de otro. Ahora soy mi propia luz y de este modo ilumino mi camino. No quiere decir, que no lo comparta, al contrario, ahora hay en mi vida tantas personas hermosas, de las que aprendo todos los días; y lo mejor de todo, he dejado atrás aquellas que intentaron convencerme de que no valía la pena arriesgar tanto por una misma. Me gustaría que esas personas algún día decidan arriesgarlo todo por conocer el valor de sus vidas, el sentido y la alegría de vivir. Me gustaría que todas las personas se tomaran un tiempo para reflexionar sobre sus trabajos, sobre sus pasos, sobre aquella idea del éxito en este sistema capitalista. ¿Realmente vale la pena pasar por encima de otras personas? ¿Es necesario causar tanto daño? ¿A caso vivir una vida propia no vale la pena?

A veces  creo que me he equivocado, cuando hay días malos e interminables; cuando me suceden cosas que parecieran pruebas para abandonar la ruta o terminarla. Ya no interesa que sea lo apropiado, lo correcto…Todas esas cosas que nos dicen. Lo más importante es que he decidido hacerlo. ¡Actuar! La clave es: ¡la acción! Es necesario que te atrevas a luchar, con garras, con palabras, con actos por tus sueños. Porque es la capacidad de soñar, de imaginar lo que nos mueve hacia destinos inimaginables. Y cada vez que alguien te diga soñador, incluso iluso, siente que eres fuerte, feliz y agradecido porque eres diferente, porque tú ha decidido construir tu propio camino. Es así de simple: sueños+ movimiento+ acción= tu propio camino. Y por favor, jamás esperes la aceptación de los otros, eso tampoco debe importar.

La Catedral, Bogotá, Bogota, Colombia

La protesta del silencio

LA PROTESTA DEL SILENCIO

Por Maggia Rouge

Editorial Cuatro Ojos  Sin categoría 5 junio, 2014 3 minutos

Han pasado seis meses en los que las palabras dejaron de tener sentido y las humillaciones venían a través de innumerables horas de espera no solo al teléfono, también en la recepción de la empresa. Seis meses en los que sentí que perdía mi tiempo, que había perdido mi tiempo… pensé que no me pagarían mi dinero. Estaba segura que no lo lograría, porque la empresa privada en este país esta exenta de cualquier mecanismo de control, y el trabajador independiente es más que un huérfano para el gobierno, es alguien inexistente, alguien por quien no piensa hacer ninguna ley para que no se vulneren sus derechos como trabajador.
Sin embargo, como buena santandereana, sin hacer referencia a comportamientos moralistas, sino por llevar la insignia de una raza trabajadora y aguerrida, no me di por vencida. Me di cuenta que esperar sentada en la recepción por horas en las que al final me daban excusas como: “la gerente no está”, “el encargado del área se fue de viaje”… bla bla bla… Otras veces, me entregaban un papel en el que decía: “Pago programado”. Sin fecha, ni nombre, con un sello de recibido. Entonces, me puse a pensar en que mi método definitivamente fallaba. En el fondo acepté su juego. Cuando supe que estaba jugando con sus reglas, con sus tiempos; encontré la respuesta. Escuché mi voz, la que mantiene con vida y siempre en el camino que he destinado para mi existencia; decidí que si las palabras me abandonaba, como suele pasarme cuando no puedo escribir literatura, entonces quedaba el silencio, el arma más potente sobre la faz de la tierra. Y sí, me aferre al silencio y fui a la empresa, con la frente en alto, sin dar un paso atrás, y dije a la recepcionista: “Me quedo parada acá, en este lugar (y con el dedo índice demarqué las dos baldosas que ocupaban mis pies) hasta que me paguen”. Y la miré fijamente, hasta que ella llamó a la doctora tal y al contador tal… la seguí todo el tiempo con mis ojos y no dije nada más durante una hora y media. Me fijé que el estar parada allí, repitiendo mentalmente, sin gesto alguno en el rostro: “las guerreras mueren de pie en la batalla”; las personas llegaban, se acercaban y revoloteaban como pájaros en una fuente. Veía incómodas a las personas que pasaban por la recepción. Y yo solo repetía mi consigna. Después de todo ese rato de estar parada sin mosquearme, alguien apareció con un papel: “Pago en efectivo el 5 de junio de 2014”. Hoy estuve parada otra hora, sin moverme. Sin siquiera respirar. Miraba fijamente la puerta por donde debía salir la persona para que me pagara. Y la persona salió, y me pago menos y en efectivo con monedas, y volvió a humillarme al lanzarme el dinero casi por la cara. Claro está no estuve de acuerdo. Pero no quería volver más a ese lugar. Así que conté lentamente los billetes y las monedas, mientras la chica encargada de cubrir el trasero de sus míseros jefes me miraba con una sonrisa maliciosa. Yo permanecí en silencio… ¿Qué más podía decir? Las palabras son útiles cuando alguien puede escucharlas y valorarlas y comprenderlas. Con esa empresa, con las personas que trabajan en esa empresa jamás funcionaran las palabras. Aun así, aprendí algo que he venido descubriendo: la sabiduría que hay en el silencio. Gracias al silencio finaliza una etapa bastante puntiaguda de mi vida y me inicio en la adultez. Ahora, me pregunto: ¿Cuántas más personas en el país están pasando por esta situación? ¿Por qué nuestro trabajo es tan mal pago? ¿Por qué los mecanismos de control, las leyes, los reguladores….toda la constitución se queda en papel?… Por fin comprendo la falacia de la literatura jurídica y la realidad de un país que agoniza. Solo me queda incitar la revolución del silencio. Una revolución más simbólica, una revolución que supere las reglas de juego que nos han impuesto. Estoy segura que se puede. Y que cada quien tiene que encontrar el método, y tal vez, algún día no muy lejano todos convergeremos. Por mi parte, soy una guerrera que muere de pie en la batalla como mi raza, como mis ancestros, como mi gente, como la persona que soy.

Escrito por: Maggia Rouge