Cómo escribir horror cósmico
Deja un comentario / Off-topic / Por Inteligencia Narrativa / 6 minutos de lectura
El horror cósmico es sin duda uno de los géneros literarios más difíciles de escribir. Y no solo como narración escrita, sino también en cualquier otro formato ya sea cine, videojuegos, cómic, etc. Por esto, sin más pretensiones que las justas, voy a intentar acercarte todo lo posible al horror cósmico desde la perspectiva de alguien que quiere escribir dicho género sin morir en el intento.
Definición del horror cósmico
No te voy a dar una definición de diccionario, de esas que todos repiten pero nadie entiende. Para definir de verdad cómo funciona el horror cósmico, hay que ir más allá de una definición básica y desentrañarla a partir de sus características más arraigadas. También puedes profundizar más en este concepto desde la propia explicación de qué es el horror cósmico en este mismo rincón.
En primer lugar, ¿por qué es tan popular el horror cósmico? ¿qué tiene que tanto nos gusta? aquello que hace que a nosotros nos guste tanto el horror cósmico, es cómo estas historias revelan la arrogancia de nuestra especie y cómo nos castigan por ello. Las historias de H. P. Lovecraft humillan y escupen sobre la idea de un orden universal antropocéntrico.
Otra característica que diferencia al horror cósmico del terror más clásico, es que los monstruos no tratan de atraparnos. En realidad, no les importamos lo más mínimo. El horror cósmico muestra la impotencia que el ser humano siente ante fuerzas infinitas y brutales que están más allá de lo que podemos imaginar. Los “dioses del espacio exterior” de Lovecraft no consideran la vida de la especie humana como algo más relevante que un mero insecto que, simplemente, existe.
Lovecraft es un escritor estadounidense de horror cósmico y padre de los Mitos de Cthulhu.
El horror cósmico, concretamente como lo enfoca Lovecraft, no busca el miedo a través del horror más evidente. Sí, en sus libros hay mutilaciones, mutaciones, desintegraciones, disecciones y desmembramientos, pero en su mayoría están “fuera de la pantalla” y nunca se presentan como un ejercicio de terror en sí. No existe el terror gratuito, ese en el que algo te tiene que dar miedo por el mero hecho de pretenderlo. Lovecraft sabía que todo eso no era la fuente del auténtico terror; son solo los adornos que se usan para decorar el conjunto.
El auténtico terror
El verdadero terror surge de algún lugar profundo, en el interior de nuestro ser. Él busca ese miedo individual y nos lo propone como una realidad que no queremos aceptar y de la que huimos inexorablemente. Tal vez, alguna vez te has planteado practicar el canibalismo. O descubres que tu buisabuela era una especie de pez mutante adoradora de demonios, o en algún momento de tu vida tocaste algo que no debías y ahora cargas con una maldición sobre tus hombros. El horror cósmico te expone ante el hecho de que ni tú, ni tu familia, ni tus ancestros, ni los sacedotres, ni los científicos, saben absolutamente nada acerca del verdaero orden natural del univero. Porque aceptar que nuestra vida es insignificante es uno de los mayores miedos que compartimos como especie.
En otras palabras, la fuente del horror no está en la violación de nuestras sensibilidades a través del gore o de escenas subidas de tono. La fuente del horror son las ideas innombrables que no queremos asumir de nosotros mismos. Hannibal Lecter no da miedo porque comete actos viles de canibalismo y asesinato. Da miedo porque su mente está tan deformada que no se parece en nada a lo que reconocemos como humano, aunque está envuelta en un rostro humano sonriente. Se ha deshumanizado a sí mismo más allá de todo reconocimiento, y aunque tememos que nos coma, tenemos mucho más miedo de que podamos llegar a parecernos a él.
Cuando lees el modelo de Pickman (un relato corto que Lovecraft escribió en 1927), las pinturas asustan al narrador. La propia voz que narra la historia se sorprende al presenciar algo que nunca antes había concebido. Ese temor es contagioso, alcanzando al lector a lo largo de la narración. Lo mismo ocurre con Las ratas en los muros. Es un miedo indirecto, que no busca ser encontrado. Pero que está ahí. Y el mero hecho de sospechar de su existencia consigue estremecernos.
El horror cósmico no solo bebe de ese miedo, sino también de la curiosidad. Es más, a veces el miedo no es lo que atrapa de estas historias, si no el querer saber más sobre esos misterios que nos acechan. Le da a nuestro cerebro algo para masticar. Así que, aunque no pierdas el sueño por el posible despertar de antiguos monstruos marinos o por ser un cuerpo intercambiado con una criatura alienígena, al menos querrás saber más sobre esa fascinante teoría. Un buen escritor de horror cósmico respeta la inteligencia de sus lectores y busca distintas formas de atrapar al lector más allá que con solo terror.
El horror cósmico es un género literario popularizado por H. P. Lovecraft.
Ahora sí; cómo escribir horror cósmico
Apoyándote en lo expuesto anteriormente, respeta las siguientes pautas y estarás muy cerca de conseguir escribir horror cósmico:
Trata al lector como a alguien adulto e inteligente.
Esto puede parecer algo obvio, y sin embargo la mayoría de historias de terror presentes en libros, películas, series o cualquier otro formato, acostumbran a tratar al espectador como a un niño estúpido. Abusan del pacto ficcional y aplican recursos manidos que no sorprenden a nadie. En lugar de eso, tú, como escritor, juega con la narrativa como si tuvieses que sorprender a la persona más inteligente y experimentada del mundo.
No intentes asustar de frente.
Como ya demostró Lovecraft, el auténtico terror no se puede describir con palabras. No pretendas que algo dé miedo por su composición textual, sino por su simbolismo y su significado metafórico. No describas el miedo explícitamente mediante palabras, deja que sea el lector quien imagine ese miedo en su cabeza a partir de tus insinuaciones.
Saca partido de la arrogancia del ser humano.
Demuéstrale al lector lo fácil que es bajar a una persona de su ego. Utiliza a los personajes de tu historia como espejo del propio lector, para que vea en ellos representados sus defectos, aquellos que ignora o no quiere aceptar. Hazle ver lo patético que es su ego en comparación con los misterios que esconde el universo.
Muéstrale al lector lo inabarcable que es el mundo.
Ya sea mediante monstruos, secretos o sensaciones, resalta la fragilidad del ser humano y su diminuta presencia en el cosmos. Cuanto más invencible se siente un hombre, más dolorosa será la caída cuando descubra que no es más que una mota de polvo en un vacío negro e infinito. Aplica esta terapia de choque y utiliza lo desconocido como herramientas para confirmar las sospechas.
Aún teniendo todo esto presente, hay un consejo que no puedes ignorar: lee horror cósmico para escribir horror cósmico. Es la mejor forma de aprender de un modo práctico y veraz. Eso sí, siempre y cuando leas auténtico horror cósmico. Seguramente esta lista de los mejores libros de horror cósmico para iniciarse en el género te será de gran ayuda para empezar con buen pie y no perder el tiempo con libros que solo hacen ademán de horror cósmico, quedándose al final en simplemente terror. Como en todo, la experiencia hace al maestro. Y después de haber leído esto, ya eres mucho mejor escritor de horror cósmico que la mayoría. Enhorabuena. Ahora te toca aplicarlo.
¿Qué es el horror cósmico?
H. P. Lovecraft
Aunque muchos reconocen a H. P. Lovecraft como el padre del horror cósmico, su trabajo está poderosamente inspirado por autores que le precedieron y que Lovecraft devoraba y admiraba. Entre ellos, encontramos a Edgar Allan Poe, Lord Dunsany, Ambrose Bierce, R. W. Chambers, Arthur Machen y Algernon Blackwood. Escritores que establecen las bases de lo que más tarde sería identificado como horror cósmico. Siendo ellos mismos autores indirectos de este género que, en cierto modo, también estaba presente en sus obras.
Los mitos de Cthulhu
En 1928, se publica La Llamada de Cthulhu, probablemente la obra más famosa y representativa de Lovecraft. Un hito esencial para los mitos de Cthulhu, al que le siguieron toda una saga de libros y relatos que conforman el llamado Universo de Lovecraft. Toda una mitología cósmica y única, creada por el autor a partir de sus peores pesadillas.
Boceto original de Cthulhu, dibujado por Lovecraft
Cthulhu aparece por primera vez en dicho libro. Es una entidad cósmica de gran poder, también conocida como Dios Primigenio, que se encuentra en un largo letargo dormido en las profundidades del Océano Pacífico en su ciudad hundida de R’lyeh. Y aunque permanece dormido, su poder es tal que puede influir en el mundo y ejercer su voluntad desde las sombras del abismo marino.
Durante y después de Lovecraft, los mitos fueron alimentados por reputados autores que, fascinados por su obra, aportaron su granito de arena al universo del maestro del horror cósmico. Algunos de estos autores fueron: Clark Ashton Smith, Frank Belknap Long, Ramsey Campbell , Henry Kuttner, Hazel Heald, Robert Bloch, August Derleth, Brian Lumley y Robert E. Howard, entre otros.
Características del horror cósmico
Aunque no existe una fórmula exacta y cerrada que pueda definir con precisión todo lo que el horror cósmico representa, existen una serie de elementos que coinciden en la mayoría de las historias de este género. Es un fenómeno literario volátil al combinarse con otros géneros y siempre se ha representado desde diferentes aristas por parte de cada autor, pero podemos definir sus claves más arraigadas como las siguientes:
- En el horror cósmico, la narrativa tiene una fuerte tendencia anti-antropocentrista, donde los personajes son meros peones manipulados por entidades superiores a su entendimiento.
- Se hace hincapié constante en la fragilidad del ser humano y su irrelevante e insignificante presencia en el universo.
- El horror cósmico deja en evidencia la ignorancia de la ciencia frente a la infinidad del universo.
- No hay héroes; ningún hombre es lo suficientemente relevante como para decidir su propio destino.
- No todos los misterios son resueltos, ni tienen por qué desvelarse. El desconocimiento, incluso para el lector, forma parte del género.
- Siempre hay una fuerte presencia sobrenatural en la historia, habiendo en su mayoría personajes con una estrecha relación con el ocultismo, que están obsesionados con la magia y los secretos del universo.
- El terror psicológico va de la mano del horror cósmico, tratando la cordura humana como una característica muy presente en su narrativa.
- No hay esperanza. Las únicas oportunidades que tiene el hombre de salvarse han sido orquestadas previamente.
- La atmósfera tiende a ser, melancólica, misteriosa y pesimista.
- Por más que se esfuerce, el ser humano no puede entender la realidad del universo y, de intentarlo, termina volviéndose loco.
La literatura tiene una gran ventaja a la hora de ejecutar el horror cósmico, pues puede valerse de figuras retóricas para hacer aún más indescifrable y confuso este lenguaje del terror.
Cthulhu y el horror cósmico
Y aunque también se puede encontrar terror cósmico fuera de los libros, es mucho más difícil que sea de calidad. Hay que saber muy bien dónde mirar. Esta página es la resolución final de esa premisa: reunir en un único sitio el auténtico horror cósmico.
El concepto se ha desvirtuado mucho a lo largo de los años, donde se ha recurrido al horror cósmico sin entender su auténtico significado y lo que, en muchos casos, se ha quedado en simplemente horror.
«El monstruo está más allá de toda posible descripción. No hay lenguaje aplicable a ese abismo de horror inmemorial, a esa pavorosa contradicción de todas las leyes de la materia, la fuerza y el orden cósmico».
La Llamada de Cthulhu
Es algo sublime dinámico, de lo que hablaba Kant; una imponente tormenta en el mar, un asteroide que amenaza la vida tal y como la conocemos, la erupción de un volcán gigantesco. Estos agentes se convierten en ese temor inevitable, representados en la obra de Lovecraft mediante Dioses Primigenios, entidades cósmicas que podría consumir un planeta con solo soñarlo. Imaginar la soledad y la oscuridad que podría sentir un humano varado en mitad del infinito océano abisal, o la sombra infinita que acecha desde todas las esquinas.
Es la poesía más oscura que existe.
Eso es el horror cósmico.