Sobre la Poesía erótica

PAISAJE A MEDIO CUERPO. ANTOLOGÍA DE POESÍA ERÓTICA DE GASPAR AGUILERA DÍAZ

Omar Roldán Rubio ©

Ha sido, lo es, un acierto —ejemplo que deberían tomar y ejercer los estados y las editoriales mexicanas—, el que la Secretaría de Cultura de Michoacán y Jitanjáfora Mºrelia Editores hayan decidido hacer una colección de poesía michoacana contemporánea, dentro de la cual aparece este compendio poético del maestro Gaspar Aguilera Díaz quien, aunque nació en Parral, Chihuahua, la mayor parte de su legado literario lo ha realizado en la ciudad de Morelia.

Hablar de esta antología significa para mí una gran responsabilidad, pero también una buena oportunidad para reflexionar sobre el trabajo poético —honda y ricamente erótico— de quien considero es, actualmente, uno de los mejores exponentes de la poesía mexicana.

EROS Y THANATOS.

¿Cómo iniciar un soliloquio sobre este Paisaje a Medio Cuerpo sin considerar que todo acto humano es, en esencia, juego erótico y pugna entre la vida y la muerte donde Eros intenta siempre superar a Thanatos?

El erotismo es una expresión cultural, es decir, una forma o varias por medio de las cuales todo pueblo manifiesta su sexualidad. El hecho erótico parte de un inconsciente colectivo concentrándose como ejercicio individual donde la imaginación y la evocación son elementos de suma importancia. Por lo tanto, el erotismo es inherente al hombre y va implícito en todo acto humano que intenta acceder a lo sublime: el amor.

Y es esa búsqueda del amor, a través de Eros, lo que mantiene en el hombre la firme convicción de vencer a la muerte, trasponerla, ir más allá de sí mismo, encararse con el Dios y desafiarlo reclamándole un lugar especial, no en Él sino junto a Él: misticismo profano que pretende la divinidad por el camino de la carne.

El dogma cristiano occidental ha tratado de explicar el misticismo puro del erotismo llamándolo algo así como “pasiones humanas en busca del amor de Dios”, mismas que, por medio del acto sexual, se convierten en la expiación de la carne. Es así como se crea otra corriente mística: la comunión entre el alma humana y lo inasible, mediante el rito sacramental santificado por la iglesia: el matrimonio.

La forma de expresión utilizada por la religión es un lenguaje primitivo, trocado en metáforas mundanas, que usa la figura de Cristo como el Dios encarnado y manipula el deseo sexual como vía para alcanzar el amor divino. Hecho que nos lleva hacia el misterio de la encarnación, instinto natural del ser humano por eternizarse en la divinidad: la reencarnación.

La literatura nos dice otra cosa. En El Cantar de los Cantares, por ejemplo, —como en este Paisaje a Medio Cuerpo—, el erotismo se libera, se exalta como rito erótico en el combate pasional de los cuerpos que se atraen y se repelen, al mismo tiempo, en lúdico proceso amoroso.

Sexo y guerra, fuego de vanidades alimentado por el deseo de dominio; esencia claramente humana de seducir al otro apelando al sometimiento de la pasión por la pasión; místico acto herético hacia la divinización; tránsfuga natural y transición erótica del ser humano en lucha por apagar su propio deseo.

He ahí las dos vertientes místicas de un Todo. Una fundamentada en el Eros luminoso que propone así la consecución del amor de Dios. La otra basada en la naturaleza del ser humano que busca encontrar el amor a través de sí mismo, desde su propia realidad, a partir de la evocación de todo aquello que revela el delicioso ardor del deseo puro y cortesano.

Si el hecho erótico se recrea en el escarceo de los cuerpos, se comprende entonces el ritual que forma parte de la esencia humana, el universo donde se asila Eros en su eterno duelo contra Thanatos: alegoría de la fertilidad, intrínseca batalla compartida donde no hay vencedor ni vencido.

Lo erótico es una condición humana cuya actitud mística conduce a un plano más elevado del simple “estar”. El hombre, mediante el erotismo, intenta “ser”, llenar esa oquedad ancestral que nos habita para encontrar el amor en la divinidad o en la nada: ambivalencia de nuestro propio misterio.

Sin embargo, la lúdica imaginación es incontrolable. A través de ella el hombre desborda su pasión y persigue lo inasible exacerbado por el doloroso trance, no de apagar el deseo —la llama doble, dice Octavio Paz—, sino de avivarlo en el afán de consumirse lenta, flageladoramente en su propio fuego.

El deseo carnal es el profundo símbolo con que se manifiesta el erotismo. Es la manifestación del cuerpo que necesita ser poseído, fustigado —así sea subjetivamente— hasta el límite. Sufrimiento irreprochable que conduce a la adoración, no de un Dios, sino de sí mismo: el Narciso avasallado.

El erotismo es un todo incontenible que aflora, no cuando únicamente nos enfrentamos a un cuerpo tangible u observamos un sugerido sexo que pasa ante nuestros ojos, sino ante cualquier objeto que miramos, tocamos o imaginamos, pues lo erótico se establece tanto en lo visible y palpable, como en lo insinuado.

Toda forma cóncava o convexa, natural o creada por el hombre, nos provoca, consciente e inconscientemente, el tembloroso deseo sexual que nos ha de llevar por el camino del sufrimiento: lúdico proceso pasional que busca no solamente lograr el coito, sino además atrapar la imagen en la libido, transitar en el lento desfogue del ansia que invade el cuerpo tratando de retardar la inminente fuga del deseo para después, ya concluido el asalto, atrapado el objeto, caer en el letargo idealizado de una pantorrilla, un muslo, unos ojos profundos o un sexo que no nos pertenecen —y que justamente deseándolos— para recrearlos eternamente. Acto que se convierte en una sublime emoción, un deseo profundo de poseernos a nosotros mismos.

Por eso el erotismo es liberador y libertario, pues no admite mojigaterías, atavismos o conceptos moralinos embozados de virtud. Siendo esencia naturalmente humana, el acto erótico, que por supuesto es poético, se antepone y supera a toda norma social, moral o religiosa dictada por el hombre.

Hablar entonces de la poesía de Gaspar Aguilera Díaz es disertar sobre la vida y el misterio, con mayor hondura, indudablemente, luego de haberse lanzado, ay, cuántas veces, a esa sima sacramento, a ese vacío interminable que es la existencia —vida y muerte; entrega y abandono; soledad y sufrimiento—, profundidad a la cual se llega, ineludiblemente, solo por la vía del erotismo.

GASPAR AGUILERA DÍAZ

Nació en Parral (Chihuahua), México, el 20 de octubre de 1947. Falleció el 8 de noviembre de 2021. Narrador y poeta. Estudió Derecho en la Universidad Michoacana. Fue Jefe del Departamento Editorial de Pireni; secretario de Difusión Cultural y miembro del taller literario de la Universidad Michoacana; profesor de bachillerato y del Instituto de Romanística en Salzburgo, Austria. Colaborador de Bohemia, Crítica Política, Dosfilos, La Cultura en México, La Semana de Bellas Artes, Plural, Punto de Partida, Siempre!, Tierra Adentro y Unomásuno. Miembro del SNCA. Premio Tomás Valles Vivar 1990, que otorga la Fundación Cultural Chihuahua, por su trayectoria literaria. Premio Tiempo de Niños 1990 y Presea José Tocavén a la Trayectoria Literaria 1992. Premio Estatal Eréndira en 2008.

Obras

Ensayo: Homenaje a José Emilio Pacheco. A veinte años de Morirás lejos (colectivo, Cuadernos del IMIC, 1988). El prisma de Carlos Pellicer (en colaboración con Marco Antonio Regalado y Othón Lara Barba, IMIC/ICOCULT, 1992). Imágenes del viaje. De la literatura, la pintura y la música (Morelia, Jitánfora, 2003). Imago mundi: ensayos sobre literatura iberoamericana (Sahuayo, Universidad de la Ciénaga del Estado de Michoacán de Ocampo / Pelicanus / Sistema Michoacano de Radio y Televisión, 2010).

Novela: Noviembre y pájaros (UAM / Verdehalago, 1999).

Poesía: Informe de labores (Punto de Partida, 1981). Pirénico poemas 1974-78 (IMIC, 1982). Los siete deseos capitales (plaquette, Praxis/Dosfilos/UAZ, 1982). Zona de derrumbe (Katún, 1985). Los ritos del obseso (Premiá/UAZ, El Pez Soluble, 1987). Homenaje a José Emilio Pacheco (Cuadernos del IMIC, 1988). La ciudad y sus fantasmas (UPN, 1992). Tu piel vuelve a mi boca (Joan Boldó i Climent, San Luis Potosí, 1992). Liebe, stadt, und vergessen/El amor, la ciudad y el olvido (Universidad de Salzburgo-Instituto de Romanística, 1994). Diario de Praga (UNAM, El Ala del Tigre, 1996). Poesía de Gaspar Aguilera (Colectivo Artístico Morelia, 1999). Los ritos del obseso. Poesía 1982–1998 (UAM–A/Siglo XXI, Creación Literaria, 1999). Imágenes del viaje. De la Ciudad, la Literatura y la Música (UAS/Ayuntamiento de Culiacán, 2000). Los últimos poemas de Dante (Gob. del Estado de Puebla / Colibrí, As de Oros, 2004). Paisaje a medio cuerpo. Antología de poesía erótica 1977-2005 (Secretaría de Cultura de Michoacán / José Mendoza Lara, 2007). Historia de todas las cosas (Eón, 2011). Coloraturas y silencios (Editorial Lectura, 2011). Presencia del naufragio (Silla Vacía, 2019).

Antología: Un grupo avanza silencioso, antología de poetas cubanos nacidos entre 1958–1972 (2 tomos, UNAM, 1990). Continuación del canto, muestra de poesía michoacana de poetas nacidos entre 1943–1969 (IMC, 1991). Plenitud y fugacidad del encuentro amoroso en la poesía de Octavio Paz (IMCED, 2007). Julio Cortázar. El lenguaje lúdico y la imaginación crítica (Guadalajara, La Zonámbula, 2012). Plexoamérica: Morelia-Valparaíso (Valparaíso, Universidad de Valparaíso, 2013). Breve antología de poesía erótica latinoamericana (Guadalajara, La Zonámbula, 2015). El viaje y sus rituales. Antología del Primer Festival de Poesía 1981 y poetas michoacanos nacidos en la década de los ochenta (Morelia, Secretaría de Cultura de Michoacán, 2016).

Escritores, lingüistas y la RAE

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

Escritores frente a lingüistas en la RAE: del lío de sólo/solo a la guerra de ballet/balé

  • LUIS ALEMANY Madrid

Actualizado Viernes, 10 marzo 2023 – 12:23

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El anunciado «tormentoso pleno» de la Real Academia Española se cierra con un aprobado unánime de la modificación de la tilde diacrítica. Muñoz Machado habla de empate cordial. Reverte, de triunfo.

Pérez.Reverte, Muñoz Machado y Elena Hernández Gómez.
Pérez.Reverte, Muñoz Machado y Elena Hernández Gómez.

Los miembros de la Real Academia Española han aprobado por unanimidad el acta de la sesión del 2 de febrero en la que aprobaron, entonces por consenso, la modificación del Diccionario Panhispánico de Dudas en el artículo que se refiere al acento del adverbio solo. La decisión y sus interpretaciones, que durante esta semana hicieron anunciar un «pleno tormentoso», aparenta ser buena para todos siete días después, al menos según el relato oficial. «No ha dado nadie su brazo a torcer. El triunfo de este acuerdo es que nadie se siente triunfador ni derrotado. Todos han aceptado que el inciso es suficiente para reconocer sus reclamaciones«, ha dicho Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, tras el pleno.

En cambio, Arturo Pérez-Reverte, el principal promotor de la reposición del acento, ha interpretado el acuerdo como un éxito: «Los hablantes del español mantenemos la libertad de tildar sin que nadie lo vaya a considerar falta de ortografía. El idioma no puede estar sólo a criterio de los lingüistas. Los creadores también tienen autoridad», manifestó tras el pleno el escritor..

Es difícil entender qué es lo que ha cambiado para llegar a esta paz quizá frágil. De acuerdo con las palabras de Muñoz Machado, lo que ha cambiado esta semana, es un énfasis en el sujeto: sólo el hablante decide si el contexto es ambiguo: no el profesor que corrige el examen, el alumno.

PARA SABER MÁS

Cultura. Liberad al adverbio, tildistas

  • REDACCIÓN: JORGE BUSTOS

Liberad al adverbio, tildistas

Estos días, en las vísperas del pleno, los académicos se se dividieron entre los que se sintieron llamados a las filas de la insurrección de la tilde (el tercio de los académicos escritores, básicamente) y los que consideraron que la disputa era un pequeño teatro construido a partir de una falsa noticia falsamente interpretada. La RAE, sostiene su versión, no ha cambiado su doctrina sobre el acento de solo, entre otras cosas, porque la Academia Española nunca podría dar el paso de reponerlo. La ortografía es jurisdicción de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

«Lo que pasa es que a Arturo le gusta alborotar la clase», explicaban ayer, cada uno con sus palabras, dos académicos, un novelista y un lingüista, más desde la simpatía por Pérez-Reverte que desde la censura.

¿Hubo teatro? ¿Hubo tormento? Muñoz Machado vino a decir que, si acaso lo hubo, fue dentro de un orden. «Vengo sin ningún apósito». En cambio, Félix de Azúa dijo al salir del pleno (antes de su conclusión) que las posturas eran «irreconciliables«.

Lo que es irreconciliable, en realidad, es algo más amplio que el desacuerdo por el acento de sólo. Durante la última semana, Arturo Pérez-Reverte ha hablado del empeño de la Academia, y en particular, de su Departamento Español al Día, dirigido por Elena Gómez, por imponer una política lingüística su política hiperracionalista.

Un ejemplo: la Academia se dirige, según ha explicado Pérez-Reverte, a cambiar la ortografía de la palabra ballet, que habrá de convertirse algún día en «balé», igual que parquet aparece como parqué y bidet es bidé en el Diccionario de la Lengua Española. Los principios de simplificación y de similitud entre escritura y oralidad (si se dice balé, ¿por qué escribir ballet?) llevan a ese cambio, pero, ¿quién tiene ganas de leer balé en los periódicos? ¿Quién se compromete a no escribir ballet nunca más? ¿Qué posibilidades tiene la nueva palabra así de tener éxito, de no crear confusión y mal humor en los hablantes, al menos durante los primeros años? En el último pleno, la palabra ballet apareció muy fugazmente, como en un presagio de discusiones futuras.

De modo que si lo de Pérez-Reverte es teatro, su papel sería el de un rebelde comunero que defendería el derecho viejo, con sus irregularidades y sus pequeñas incoherencias, frente a la razón pura de los lingüistas. Y su lógica sería que la costumbre es fuente de derecho en el lenguaje y que cualquier desafío a ese principio sería una forma de despotismo ilustrado, una imprudencia.

Muñoz Machado, al que Pérez-Reverte se ha referido esta semana como «mi amigo» y al que calificado como «ajeno a la cuestión» habló después del pleno con prudencia institucional. Reconoció que en la Academia «hay personalidades fuertes» y lamentó que la polémica de la última semana haya transmitido la idea de que la Academia se dedica a pequeñas discusiones no muy relevantes que opacan su «ingente trabajo».

Sólo falta aclarar la hipótesis de la falsa noticia falsamente interpretada, el punto de partida de los lingüistas. En la Academia, los partidarios de abandonar el acento de solo, sostienen que, en realidad, la RAE nunca lo impuso como se nos dijo en las escuelas.

Más en El Mundo

Liberad al adverbio, tildistas

La dura confesión de Cara Delevingne: «Me emborraché por primera vez a los 7 años»

Pruebas: el uno de enero de 1959, la Real Academia publicó un texto llamado Nuevas normas de prosodia y ortografía en el que se leía: «La palabra solo, en función adverbial, podrá llevar acento ortográfico si con ello se ha de evitar una anfibología». Y, en 1999, publicó Ortografía de la lengua española, en la que se leía: «La palabra solo puede funcionar como adjetivo o como adverbio. […] Cuando quien escribe perciba riesgo de ambigüedad, llevará acento ortográfico en su uso adverbial». Más o menos, lo mismo que dice la reciente modificación del Diccionario Panhispánico de Dudas. «El solo acentuado no ha existido nunca como norma obligatoria, esa ha sido una confusión que promovieron los maestros y los tipógrafos», dice un académico consultado.

Para los aficionados a las palabras poco frecuentes: a eso, según fuentes consultadas, se le llama misoneismo: «Del gr. miseîn ‘odiar’, neo- e -ismo: 1. m. Aversión a lo nuevo».

Cómo corregir un libro

Cómo corregir un libro

Contenido

Escribir y publicar un libro es cada vez más sencillo gracias a plataformas de autopublicación como Amazon KDP y a la enorme cantidad de ayuda online que los escritores pueden conseguir en la actualidad.

Sin embargo, hay algunas etapas en el proceso de edición que requieren atención especial por parte de un profesional de las letras.

La corrección del texto es un buen ejemplo de ello. ¡No publiques tu libro sin corregirlo!

Continúa leyendo y conocerás por qué es tan importante corregir tu libro antes de enviarlo a la imprenta y cuáles son los principales factores a tener en cuenta en una buena corrección de estilo.

Consejos para la corrección de libros

Quizás crees que es fácil corregir tu libro por tu cuenta, sin ayuda de nadie. Esto podría ser cierto si eres un profesional de la lengua, profesor universitario de literatura, por ejemplo.

La corrección de libros es un trabajo técnico específico que requiere conocimientos profundos de gramática y ortografía y, sobre todo, muchísima experiencia.

No puedes convertirte en corrector de textos de la noche a la mañana. Aprender a corregir libros conlleva un largo proceso de ensayo y error.

La única manera de asegurar una buena corrección de estilo para tu libro es contratar a un corrector profesional. Esto te permitirá ganar tiempo y, a la vez, tener la garantía de que el resultado final será óptimo.

Tipos de corrección de libros

#1. Corrección ortotipográfica

Este tipo de corrección se encarga del aspecto formal del texto: tildes, espacios, mayúsculas, comillas, etc.

Programas como Word pueden ayudarte a corregir la ortografía de tu libro, aunque su ayuda no es suficiente, la mitad de las faltas ortográficas no serán detectadas.

#2. Corrección de estilo

Hay autores que, al oír hablar de corrección de estilo, se horrorizan. La corrección de estilo no consiste en cambiar tu manera de escribir. Todo lo contrario: un buen corrector es aquel que te ayuda a expresarte de la mejor manera posible en tu propio estilo personal.

Una buena corrección de estilo no es una reescritura de tu libro.

Cómo corregir el contenido de un libro

Si crees que la corrección de estilo no es suficiente, necesitas un informe de lectura profesional. El informe de lectura te ayuda a descubrir y corregir fallos argumentales, incoherencias en la trama, en el planteamiento de los personajes y otros aspectos del contenido de tu libro.

Cómo hago para corregir mi libro

Ahora bien, si de momento no puedes contratar a un corrector profesional para que corrija tu libro antes de la publicación, te ofrecemos una serie de consejos prácticos para corregir tu libro.

Corregir ortografía de un libro

Poner en práctica los consejos que te damos a continuación puede ayudarte a eliminar los errores más comunes.

La corrección ortográfica es la base de una buena corrección de estilo. La ortografía es lo primero que viene a nuestra mente cuando pensamos en corregir un texto.

Los procesadores de textos han avanzado mucho en este sentido y nos ayudan en la mayoría de los casos poniendo una «h» faltante o cambiando la «g» por «j», si corresponde.

Sin embargo, los procesadores de textos suelen equivocarse y causan fallos textuales adicionales.

Para librarte de estos errores y corregir el texto de tu novela en Word, ten en cuenta lo siguiente:

#1. Cómo corregir puntos

El punto puede ir solo o en grupos de tres o de cuatro. Un punto marca el final de la oración. Tres (y solo tres) son los puntos suspensivos, utilizados para interrumpir el discurso de distintas maneras.

Cuatro puntos se encuentran cuando escribimos una abreviatura seguida de puntos suspensivos, por ejemplo «Dr….».

En combinación con otros signos, el uso del punto tiene ciertas particularidades que un buen corrector de estilo conoce de memoria.

#2. Corrección de tildes

Las reglas de acentuación en el español no son complejas, aunque tienen particularidades. Tildes diacríticas, hiatos y otros fenómenos lingüísticos confunden a más de un escritor.

En este enlace encontrarás la información básica que debes conocer si decides aventurarte a corregir las tildes de tu libro por tu cuenta.

#3. Corregir comillas

¿Sabías que existen tres tipos de comillas? Españolas o latinas (« »), inglesas (“ ”) y simples (‘ ’).

Según la Real Academia Española, lo correcto es utilizar comillas españolas. Sin embargo, los otros tipos de comillas también tienen lugar en los textos en español.

Puedes consultar información básica sobre el uso de comillas en textos en español entrando a este enlace.

#4. Cómo hacer la raya de diálogo en una novela

El guion largo o raya (—) es el signo correcto para escribir diálogos. Se escribe con el atajo de teclado Alt + 0151 y su uso en combinación con otros signos tiene algunas particularidades, no puede librarse al azar.

Nuestros correctores se pueden encargar de corregir todos los diálogos de tu libro y ajustarlos a las normas de correcta escritura.

#5. Qué es la coma criminal

Se llama «coma criminal» a la que se pone entre el sujeto y el verbo de la oración. Por ejemplo, si escribo «El policía, entró a toda prisa», estoy haciendo uso de la coma criminal.

La oración del ejemplo es fácil de analizar, pero detectar la coma criminal en textos más complejos es difícil sin conocimientos profundos sobre la gramática del español

#6. Poner espacio después del párrafo

Los espacios al final de un párrafo no se ponen de forma manual. ¡No dejes una línea en blanco después de cada párrafo! Existe una función específica de Word para hacer esto de forma correcta.

#7. Coherencia en la elección del narrador

No puedes comenzar tu novela en primera persona, después seguir en tercera, volver a la primera, pasar a un narrador en plural…

Salvo que estés buscando un efecto literario especial de manera deliberada, debes mantener el uso coherente de una misma voz narradora en todo el relato. Y, si cambias de narrador, asegúrate de hacerlo de forma armónica, sin entorpecer la narración.

No todos los problemas de narrador pueden resolverse en una corrección de estilo. La mejor manera de encontrar y corregir fallos en la voz narradora y en la trama es contratar un informe de lectura profesional.

#8. Uso de tiempos verbales

La lengua española tiene un rico paradigma verbal en el que, además de los tres tiempos básicos (pasado, presente y futuro), abundan matices.

La correlación de los tiempos verbales del relato es un factor clave para que las personas se enganchen con tu libro y sigan leyéndolo hasta el final.

#9. Errores relacionados con el destinatario

El destinatario del libro es la otra cara del narrador, es la persona a la que se dirige el texto.

Puedes referirte a un destinatario genérico tal como «usted», «tú», «vuestra merced» o dirigir tu relato a alguien específico: «querido diario», «amada mía», «señores padres del instituto tal y cual», etc. En todos los casos debes mantener la coherencia en el uso de estos interlocutores y evitar cambios abruptos o innecesarios.

CÓMO CORREGIR UN LIBRO - Infografia

Corregir un libro es imprescindible

No se puede publicar un libro sin corregirlo antes. La primera corrección está en manos del autor. Cada escritor sabe mejor que nadie qué mensaje quiere transmitir y cuál es el efecto que busca en sus lectores.

Después de la primera revisión hace falta una corrección de estilo completa hecha por un corrector profesional, un experto que sepa corregir por completo un libro sin cambiar el estilo del autor.

Recuerda que, sin la mirada objetiva de un corrector de estilo, dependerás de tu propia opinión sobre lo que escribiste, algo poco recomendable en el mundo de las letras.

Los escritores estamos comprometidos de manera emocional con lo que escribimos y, en consecuencia, nos resulta fácil ser indulgentes con nosotros mismos y pasar por alto multitud de errores.

Cómo publicar libros de calidad

La única manera de asegurar la calidad de una obra literaria antes de la publicación es someter el texto a una exhaustiva corrección ortotipográfica y de estilo. De nada servirá tener la portada más atractiva del mundo si los lectores se encuentran con diez errores ortográficos nada más abrir tu libro.

Cómo publicar un libro

Una de las opciones más elegidas por autores independientes de todo el mundo es Amazon KDP, la plataforma que te paga hasta 70 % del precio de venta al público en concepto de regalías.

Publicación de libros gratis

Si bien la publicación en sí misma a través de Amazon no te costará dinero, publicar un libro no es gratis. Si tienes que recortar gastos, podrías concentrarte en contratar a un buen corrector y hacer una portada impactante.

Publicar un libro sin editorial

Autoeditar un libro consiste en publicarlo por tu propia cuenta. Bajo este modelo de negocio asumes todas las responsabilidades y los gastos, pero también te llevas todas las ganancias.

Cómo corregir un libro y editarlo

#1. ¿Cómo hago para corregir un texto?

Corregir tu libro es una tarea delicada. Si quieres hacerlo por tu cuenta, ponte a estudiar gramática y ortografía ahora mismo.

#2. ¿Cómo se llama la persona que corrige los libros?

Una de las denominaciones más habituales es «corrector de estilo». También suele decirse «corrector de textos».

#3. Cómo publicar un libro en España

Publicamos libros de calidad en España y en todo el mundo. Queremos ayudarte a vivir el sueño de publicar.

Escríbenos un comentario aquí abajo y cuéntanos cómo podemos ayudarte a publicar ese libro tan anhelado. ¡Será un placer resolver tus inquietudes!

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Notas de la RAE

Pues María me pasó una noticia que me pasó inadvertida en las primeras horas del día de ayer y es que la RAE, que en 2010 eliminaba la regla del «solo» con o sin tilde y los pronombres «este, ese, aquel» con o sin tilde, parece retractarse aunque sea un poco. Me dijo que podría ser interesante para que hiciera un correo sobre la noticia y, desde luego, sí me lo parece. Y en ello estoy.

En 2010, la RAE optó por el camino salvaje de la vida y dijo que todo esto sin tildes.

Pero tras una batalla entre académicos, escritores, editores y demás, parece que la RAE, finalmente, cambió de opinión, aunque no mucho. Me explico.

Arturo Pérez Reverte, que nunca entendió la medida de quitar las tildes, dijo en Twitter: «A veces se ganan viejas batallas».

Ahora parece que la RAE no va a penalizar a alguien que ponga «solo», cuando es adverbio, con tilde.

Aunque a ultimísima hora de ayer la RAE mandó un comunicado para advertir que la regla no cambia, tras el aluvión de mensajes que se produjo sobre la primera noticia. Solo que se deja «a juicio del que escribe» la posibilidad de tildar el «solo» cuando es adverbio y «cuando esta palabra pueda interpretarse en un mismo enunciado como adverbio o como adjetivo, se utilizará la tilde en el uso adverbial para evitar ambigüedades».

Y también en casos de ambigüedad y confusión la RAE reconoce el uso de acento en los pronombres demostrativos «este, esta, ese, esa, aquel, aquella» y sus plurales.

La RAE ha dicho: «Es obligatorio escribir sin tilde el adverbio solo en contextos donde su empleo no entrañe riesgo de ambigüedad y es optativo tildar el adverbio solo en contextos donde, a juicio del que escribe, su uso entrañe riesgo de ambigüedad. Este inciso no implica un cambio de norma».

Reverte dice: «la vieja batalla no está del todo ganada».

Por tanto, podemos seguir poniendo todos los «solo» y pronombres demostrativos sin tilde, y podemos ponerlo, de manera opcional, si hay ambigüedad y cumple las normas, claro.

Antes, a partir de 2010 hasta ayer, se penalizaba las tildes incluso en casos de ambigüedad, lo cual me parecía muy absurdo, emberdá.

¿Y cuándo un «solo» puede llevar tilde?

Cuando es adjetivo nunca se acentúa. Ejemplo: Runkle se quedó solo («sin compañía»).

Cuando es adverbio antes siempre se ponía tilde. Equivale a «solamente». Ejemplo: Solo tiene ochenta euros para llegar a fin de mes.

Aquí ya no se pondría tilde ni a partir de 2010 ni ahora, porque no es ambiguo.

¿Cuándo la pondremos?

Un ejemplo:

Runkle viajó solo en el avión.

Viajó solo de soledad o que solamente viajó en avión.

Si es el segundo es con «Runkle viajó sólo en el avión» (no cogió el tren).

Otro ejemplo:

(1a) Runkle cocina sólo por la mañana.

(2a) Runkle cocina solo por la mañana.

Estas dos oraciones se interpretan así:

(1b) Runkle solamente cocina por la mañana.

(2b) Runkle cocina por la mañana él solito.

Aquí la RAE no obliga, pero sí recomienda, usar la tilde para que podamos captar el significado real de lo dicho. Antes obligaba, que es lo que pide Reverte y muchos otros escritores.

Yo también recomendaría evitar ambigüedades en la redacción y escribir mejor.

Sobre los demostrativos:

Van sin tilde la mayor parte de los casos.

Estos pueden funcionar como adjetivos o como pronombres.

Si son adjetivos no se acentúan jamás. Modifican el sustantivo. Ejemplo: Runkle quiere esa camisa de lunares.

Cuando desempeñan la función de un nombre o de un sintagma nominal completo:

Ejemplo: Quiere esa

Pueden o no acentuarse siempre que haya ambigüedad:

(1a) Runkle dejó a esa tonta

(2a) Runkle dejó a ésa tonta

La tilde nos indica que tenemos que interpretarlas así, respectivamente:

(1b) Runkle abandonó a esa tonta

(2b) A esa Runkle la dejó tonta

En fin. Y en estas estamos.

Espero que os haya sido de utilidad este correo. Y agradecer a María Robles su aviso.

No os dejo hoy más enlaces que al de su libro, para que lo compréis.

Si os interesa trabajar conmigo, me escribís a la vuelta de este correo y hablamos.

¡Saludos!