Maléficum Sabbat (Borrador del prólogo)


Primer borrador del prólogo.

Esta historia está inspirada en el libro de Julio Caro Baroja, El mundo de las brujas y es fruto de un intenso trabajo de investigación de un caso cierto. Fueron muchas las horas dedicadas a escudriñar archivos, a explorar lecturas y a revisar documentos y de una severa reconstrucción de manifestaciones de supuestos hechos de brujería, la mayoría de ellos imaginados por un petulante ministro sometido al pecado de la vanidad, de la gula y a otros vicios. Ocurrió en un país sudamericano en el último cuarto del siglo pasado, cuyo nombre y exacto período me he visto obligado a callar. Ha sido un trabajo destinado a destacar la verdad de un hecho que resultó en un relato histórico de sucesos y pasajes que señalan con sobrada modestia la influencia del saber y el método del investigador Gustav Henningsen de saber buscar, saber leer y saber relacionar.

El resultado es un hito investigativo de gran significado al poner en claro lo que se escondió durante mucho tiempo de los relatos oficiales. Es una apabullante narración de las tramoyas y ardides del ministro Diósteles Runque, influenciado por su esposa Constanza Juliana y por el enigmático psiquiatra Antonio Cayo Bercelier, que decide cualquier día modernizar su país y se le ocurre arrasar con lo atrasado de un paraje y perseguir la brujería y otros hechos relacionados con esta práctica, con el fin de imponer un nuevo modelo de sociedad y de afianzarse en el poder, a falta de méritos y de formación. Lo que el presuntuoso desconoce es que, al atacar el territorio en donde su supone vive la víctima escogida para el ataque por parte de la coronel Benicia Santoro, encargada de cumplir la misión, ella enfrentará consecuencias inesperadas al adentrarse en territorios desconocidos y apabullados de creencias inciertas e inexploradas.

Tres hechos destacan en este relato sometido a las más estrictas reglas de verificación: La convicción del gobernante Diósteles Runque para acabar con una mujer acusada de ser la responsable, a su juicio, de los problemas enfrentados en su mandato para imponer un Nuevo Orden de cara al futuro; los trances del narrador para desentrañar y relatar lo ocurrido; y el esfuerzo de un reconocido académico que trata de poner en claro y de demostrar con argumentos la inexistencia del hecho ideado por el gobernante y alertar sobre la misión que había de acabar  con la Bruja Lucinda Candelaria, su marido, y de quienes la seguían.

En cuanto al sufrimiento del narrador para ahondar y escribir la historia es suficiente con señalar lo expuesto por él mismo en el curso del trabajo, cuando anota que “inclinado a investigar casos raros u olvidados, pensé que una vez accediera a la información, todo se daría en un santiamén” Confió en el poderoso encanto del olvido de los días idos y en que nada pasaría al escarbar hechos pasados. Se equivocó. Como se verá en el curso de la narración, por acceder a los archivos que contenían información, fue atacado por espinosos episodios. Lo grave fue que, una vez adentro, no pudo contenerse y se sintió inmerso en la pesquisa como jugador en las de órdago. Se convirtió en el manso esclavo de potentes fuerzas repudiables.  

Por disposición de los familiares descendientes de los implicados, aunque más por imposición de la censura, he modificado los verdaderos nombres de los protagonistas, invertí detalles de donde ocurrieron los hechos, y traslapé la fecha, para no comprometer su prestigio. Sin embargo, aprovechando un descuido de la censura, me he arriesgado con algunas descripciones en las que se avizoran pistas o señales que conducen a desentrañar por parte de los lectores la exacta identificación de las personas, lugares, y fechas verdaderas.   Con todo, la historia, si bien contiene hechos ciertos que sucedieron en el fragor de la locura pandémica, está lejos de ser real. Una parte de sus pasajes es producto de la imaginación en procura de entretener desde la perspectiva fantástica, la otra es extraída de una realidad que se ha mantenido oculta por razones expuestas para la seguridad nacional.